Este taller implica una fuerte relación con el espacio, por esta razón, debe realizarse preferiblemente en la calle, en aceras, parques y en el espacio público. Para el ejercicio es necesario que cada uno se vista de un color específico monocromáticamente; la idea es que desde cada color se intente reconocer los espacios, cosas, lugares y personas que lo contienen y de alguna manera camuflarse con ellos.

El ejercicio pretende trastocar la cotidianidad y ampliar el imaginario colectivo. Ser conscientes y no ausentes en la acción mecánica del transeúnte, ser parte activa de la ciudad mediante una reflexión corporal.

La idea es acercarse e interactuar con ellos, reflexionar en la presencia, el acontecer, el ritmo corporal propio y convertirse en parte del paisaje en la modificación de su estructura.